jueves, 14 de julio de 2011

Vacaciones

El 15 de julio empiezan mis vacaciones, muy deseadas este año, quizás más que otros, porque parece que hubieran pasado 12 meses en vez de 6, y soy consciente que no sería justo quejarme, si  tengo vacaciones es porque tengo un trabajo que permite disfrutar del derecho a las vacaciones, son 5 millones las personas que en este país no van a tenerlas por la triste razón de que no tienen empleo, y a tenor de lo visto tampoco lo van a tener en un futuro cercano, cuanto menos lejano.
Pero créanme si les digo que esto es posible. Tratando de hablar en primera persona, he de decir que llevo más de un año haciendo el trabajo de dos personas y no solo yo, también muchos de mi compañeros, y no solo ellos, en todos los lugares de trabajo hace tiempo vienen sucediendo lo mismo. Como consecuencia de esta situación, todos estamos más cansados, y al estar más cansados el trabajo se resiente y al resentirse el resultado a ofrecer no es el deseado y al no ser el deseado, nadie está contento y así volvemos a empezar.
Yo no soy empresaria y ni si quiera tengo conceptos económicos claros para aportar una solución numérica, pero si tengo claro que así no podemos seguir, por la sencilla razón de que en cualquier momento empezarán a fallarnos las fuerzas, aunque quizás eso es lo que muchos quieren, que fallen las fuerzas para que los lugares de trabajo se conviertan en un páramo donde los derechos de trabajadores y trabajadoras no existan y así podamos volver a la esclavitud laboral sin excusas.
Sucede que yo estoy convencida que este camino es un camino erróneo, más bien hay que tomar un camino en dirección contraria,  que es que podamos trabajar en mejores condiciones para que trabajemos más contentos, y trabajando más contentos rindamos más, y si rendimos más, más gente podrá trabajar y  entonces ganamos todos.
Hoy en día, existe la mentalidad que si  reduces  la cantidad de trabajadores, ahorras salarios, ahorras impuestos y ganas más por todo eso que te ahorras, pero los trabajadores estamos llegando a un punto de cansancio tal que es una situación difícil de resistir y la calidad del producto se está resintiendo bastante, lo que solo genera pérdidas en una situación ya de por si delicada y frágil. Solo las grandes empresas, sobre todo relacionadas con la tecnología, han entendido que cuanto más cómodos y felices estén sus trabajadores más ganancias de cualquier tipo van a tener ellas, y ahí están los datos para corroborarlos.
Estas empresas apuestan por confiar en sus trabajadores, libertad de horarios, compatibilidad de la vida laboral y familiar, entornos agradables, salarios justos, derechos irrenunciables, todo esto sumado, está dando un resultado impecable en calidad y en cantidad.
Es bien sabido que el trabajo es un derecho y que una vez adquirido este, se convierte en una obligación, por eso la mejor manera de que todos podamos trabajar y de paso abandonar esta crisis moral y económica que padecemos, es repartir el empleo, es decir que algunos trabajen menos para que otros pueda trabajar, solo esto garantizará  un futuro mejor en todos los sentidos.
Todo lo que signifique jornadas de trabajo de más de 40 horas semanales, salarios injustos, recorte de derechos, amenazas de despido y abuso de parte de empresas ya sean públicas y privadas, irán  en detrimento del estado del bienestar, de los derechos conseguidos y de la sociedad. No es posible tolerar que 5 personas hagan el trabajo de 10 y cobren como si trabajaran 3, ni posible, ni justo, ni decente.
El cansancio físico y mental que me acompaña en el momento de iniciar las vacaciones no es solo una sensación personal, lo vengo escuchando y viendo hace mucho tiempo en mucha gente, clase trabajadora como yo, con la que me relaciono normalmente, así que definitivamente algo estamos haciendo mal.
Repartamos el empleo, disfrutemos de lo que hacemos, crezcamos como personas, seamos más justos, y disfrutemos la vida, porque esta es mucho más que trabajar de sol a sol, restando tiempo a la familia, al ocio, al descanso.
No quiero más trabajo y por supuesto no quiero más dinero, porque este no nos sirve de nada si el cansancio nos impide salir a gastarlo. Feliz verano, quienes tengan vacaciones que las disfruten, quienes no tienen trabajo, que lo encuentren pronto, yo estoy dispuesta a compartir el mío.

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