lunes, 26 de diciembre de 2016

Basura

No sé muy bien porque se me ha ocurrido titular esta entrada así, es lo primero que se me ha venido a la mente cuando he sabido la noticia.

La noticia es que tres inmigrantes han muerto calcinados en un garaje de un lugar llamado El mármol en la provincia de Jaén. Estas tres personas, cuyos nombres se desconocen (como casi siempre) habían llegado con sus papeles en regla a esta localidad para trabajar en la recogida de la aceituna, no era la primera temporada que lo hacían, llevaban 10 años y muchos en la pedanía los conocían.

En el garaje, sin ventanas, hacía mucho frío (estamos en invierno) y ellos encendieron una estufa, se quedaron dormidos, algo se prendió fuego y el humo los despertó. Gritaron y gritaron, dieron golpes en la puerta y mientras llegaban las emergencias y los bomberos llamados por los vecinos, murieron. La puerta del garaje solo se podía abrir desde fuera.

El garaje es propiedad del dueño de la finca donde trabajaban, que tenía la obligación de facilitarles el alojamiento y que este reúna las condiciones necesarias para trabajar durante la campaña de recogida. Y no era así, y tres personas, de Senegal y Mali, han muerto, tres personas que como poco sabemos que tienen padres, probablemente esposas e hijos y hermanos.

No es la primera vez que esto sucede, tampoco será la última; el pasado 3 de diciembre, durante las torrenciales lluvias caídas en Málaga, una de las víctimas fue  una chica rumana de 26 años, también sin nombre, que murió en el sótano de un club de alterne del que no pudo salir porque la puerta está cerrada por fuera. Era una chica que tenía padre y hermanos en Rumanía, que estaban intentando conseguir dinero para repatriar su cuerpo. 

No sé qué ha pasado con el dueño de la finca y del garaje en el que han muerto los inmigrantes, y no sé qué pasará. Si he sabido que la dueña del club de alterne en el que murió la chica, fue llamada a declarar y está en libertad sin fianza y se ha abierto una investigación para exigir responsabilidades, esperemos que sean penales.

Hasta donde alcanzo a entender, tanto en un caso como en otro percibo claramente explotación de personas, cuando no esclavitud. Supongo que en estos tiempos en que lo importante es crear riqueza (para algunos) y tener un trabajo sin importar en que condiciones se haga (para otros) la vida de estas cuatro personas no vale nada, probablemente para el resto de la humanidad tampoco, pero a mí no se me han ido en todo el día de la cabeza, al fin y al cabo, es navidad.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Lo intento

Hace unos días sucedió que en Huelva había convocada tres manifestaciones coincidiendo con el fin de semana; el viernes 25 de noviembre día contra la violencia contra la mujer, el sábado 26 era Doñana no se toca, contra el almacenamiento de gas en el parque y el domingo 27 tocaba salir a defender la sanidad pública. 

Días antes me preguntaron si iba a acudir a la de la sanidad pública y respondí que no lo tenía claro, que a la que iba a ir era al del viernes; entonces me cayó un chorreo de reproches, que por resumir en una frase, a mi no me importa que la sanidad se deteriore; cualquier persona que me conozca sabe que no es así, pero hace tiempo que acostumbro a poner cara de poker cuando me intentan convencer de algo en lo que no creo.

Cuando la otra persona acabó le pregunté que si iba a ir a manifestarse contra la violencia hacia la mujer y me dijo que no, que no le parecía tan importante como la de sanidad, que la violencia contra la mujer no es mayoritaria. Reconozco que me quede fría, tanto que solo pude responder, vale, si eso es lo que tú piensas van a seguir asesinando a mujeres ante la indiferencia de casi todos. He de decir que esta conversación fue con un hombre.

¿Por qué digo esto? durante el fin de semana de 3 y 4 de diciembre las lluvias caídas en Málaga han provocado una muerte. La muerta es una chica rumana de 26 años (sin nombre o nombre supuesto) que murió en el sótano de un club de alterne del que no pudo salir  porque la puerta estaba cerrada por fuera. Ese mismo fin de semana un joven de buena familia y buena educación ha secuestrado, torturado, golpeado, violado y asesinado a una niña de 7 años, Yuliana Samboni, en Bogotá (Colombia); las primeras horas el presunto las pasó siendo atendido en un centro de salud porque iba con sobredosis de cocaína, hoy ya está en la cárcel. 

Yo lo intento, intento permanecer indiferente ante el machismo que mata y creer que tienen razón quienes dicen que la violencia contra la mujer no es una prioridad.

Lo intento y no me sale.

martes, 22 de noviembre de 2016

Se pudo (sobre el Festival de Cine Iberoamericano)


Me lo he pasado muy bien, así que ha sido un buen Festival de Cine Iberoamericano. Este podría ser el resumen, pero hasta yo, que de pequeña era rubia, soy capaz de llegar un poco más lejos.

Ha sido un buen festival y por eso lo he pasado muy bien; es una afirmación más justa y sincera. No era fácil, un año más parecía que íbamos a seguir velando un cadáver que no sabíamos como enterrar. Reconozco sin pudor que yo no tenía ninguna esperanza, amigos con los que venía hablando de este tema pueden dar fe; no conocía al nuevo director (salvo por sus trabajos), desconocía en qué situación quedaba el festival tras los dos años anteriores, quedaba poco tiempo para la siguiente edición, no sentía que los responsables políticos y económicos creyeran en él, en resumen, no esperaba nada nuevo. Dicho esto, reconozco que me equivoqué y lo reconozco con placer y con alegría de haberme equivocado.

El nuevo equipo del festival, mezcla de savia nueva y moderna con sabiduría de quienes siendo jóvenes ya forman parte de su historia, han conseguido hacer una edición a la que yo pondría la calificación de notable; no era fácil, no iba a resultar sencillo, había que remar todos juntos y hondo y se hizo. Y, ante esto, solo queda aplaudir.

Hemos tenido una sección oficial a concurso más que digna, de once películas, al menos siete se dejan ver bien y muy bien, ha sido una apuesta valiente la idea de incluir dos documentales, algo que ya hacen muchos festivales y ha habido cuatro películas dirigidas por mujeres. Las seis películas cubanas, Cuba era la cinematografía invitada este año, representan el presente y el futuro del cine de la isla, que está retratando la realidad cubana a pesar de las dificultades, es un placer ver cine que no es habitual que llegue a las salas. Los nuevos realizadores nos han mostrado otras realidades de sus países, que de otra manera no podríamos conocer y que muestran el talento que va surgiendo y que ven nuestro festival como una puerta de entrada en Europa. El talento andaluz nos ha permitido ver el mucho y buen trabajo que se está realizando en Andalucía y si te preguntas que relación tiene con Iberoamérica, quizás es que no has visto algunos de los documentales participantes. 

El festival tiene más secciones, pero mi tiempo y mi visión no ha dado para más, en una semana hay que elegir, a veces con pesar, que ver y no es posible llegar a todo incluso estando de vacaciones. Mucha aceptación tienen la sección oficial de cortometrajes y la sección infantil y juvenil, posibilitando estas que muchos niños vayan a ver película por primera vez. Mi actividad favorita es el cine en la prisión, un hecho que por si solo justifica la existencia de este evento.

Desde que tengo uso de razón festivalera vengo escuchando críticas al festival, la mayoría con el simple argumento de que Huelva no participa de él, y no es cierto. Hay una parte de Huelva que participa de él, que llena las salas, que habla con los invitados, que va a la sede del festival a ver exposiciones, relacionadas con el cine y el arte, que las hay, que asisten a las mesas redondas, encuentros y ruedas de prensa,  que espera con ansias que llegue la siguiente edición. Ningún festival, se celebre donde se celebre, es mayoritario, a veces nos dejamos engañar cuando vemos que en otros festivales hay muchas personas en la calle esperando a los famosos de turno y es exactamente eso, seguidores de estrellas, en pocos casos suelen sacar una entrada y ver la película que protagoniza la estrella invitada. Muchos piensan que a nuestro festival le faltan famosos, yo pienso que lo que nos falta es conocimiento, si prestáramos un poco más de atención a Iberoamérica, no solo a sus desgracias, más bien a su cine, a su literatura, a su música, a su historia, a sus gentes, quizás cuando llega noviembre encontraríamos rostros conocidos. Una no puede abarcar al mundo entero en todas sus dinámicas, pero América Latina hace parte de nosotros, un detalle que no deberíamos olvidar ni obviar.

Este año, la película que inauguró el festival ha sido la opera prima de Demian Bichir, uno de los mejores actores mexicanos, que ha sido candidato al Óscar al mejor actor, ha trabajo con Agustín Díaz Yánez, con Steven Soderbergh, con Quentin Tarantino, tiene una estupenda serie llamada The Bridge; podría haber elegido cualquier festival, cualquier ciudad, cualquier escenario de Europa para estrenar su película y sin embargo eligió Huelva, no estoy segura que le demos a este hecho la importancia que tiene. Como tampoco se sabe valorar la importancia de las redes sociales en nuestros días, una foto de Bichir es vista por miles de personas que de otra manera nunca oirían hablar de Huelva y como él, todos los otros directores y actores que han estado estos días con nosotros y que supone una promoción turística de la ciudad impagable, también en esto de conjugar la cultura con la cultura hay mucho por hacer y no es difícil ni caro.

No quiero extenderme mucho más y aunque ha habido fallos, si quiero dejar constancia del buen trabajo realizado por la dirección del festival, a la que agradezco especialmente que haya reunido en nuestra ciudad a los directores de los festivales de San Sebastián y Málaga, algo que debió haberse producido hace años y es que los tres se deben complementar, nunca competir. Le agradezco asimismo el entusiasmo y el trabajo,  la cercanía, la escucha y la aceptación de críticas, que todo haya salido bien, han hecho fácil lo difícil, sanar a un enfermo es tarea ardua y los primeros análisis ha resultado positivos, que la recuperación sea total es ahora tarea de todos y todas que aún siendo minoría, también nos sentimos parte de Huelva y orgullosos de ella, mucho más cuando se abre y mira al horizonte. 

Queda mucho por hacer, este equipo necesita tiempo, dinero, confianza, libertad de acción y apoyo, después de las dos últimas ediciones Una carta de amor al Festival de Cine Iberoamericano, en un futuro mejor, siempre me van a encontrar. 

PD.: Y es que para mi, el festival es mucho más que un festival, es un lugar de encuentro, un lugar común, un lugar en el mundo. Apenas puedo esperar a la siguiente edición.


martes, 15 de noviembre de 2016

Trump y las risas

"No ha que creer todo lo que se ve, ni en la prensa, ni en los políticos, pero hay que entender el mundo" José Saramago

De entrada proclamo que yo quería que ganara Hillary Clinton, sin medias tintas; no me gusta, pero quería que ganara, quería que perdiera Donald Trump. Quería que Hillary fuera presidenta de los Estados Unidos porque no quería que lo fuera Donald y no había más opciones.

Justo un mes antes del primer martes después del primer lunes de noviembre, predije lo que iba a suceder y lo puse en las redes sociales y creo, bueno no creo, sé que muchos pensaron que era una tontería más para conseguir muchos "me gusta" y no, sabía muy bien lo que estaba diciendo; ese había sido el fin de semana en que se publicaron los vídeos del candidato insultando a las mujeres y a tenor de las crónicas, la reacción entre los seguidores republicanos no estaba siendo la esperada y lo vi claro, Trump iba a ganar las elecciones y cada día habría más personas que iban decidir votarlo. Lo demás es historia ya.

Yo quería que ganara Hillary, que no haya sucedido me ha producido una enorme tristeza que no ha desaparecido con los días. Es muy fácil ser equidistante y pensar que eran los dos iguales, no voy a caer en eso. Cuando sucede un acontecimiento que nos impacta siempre hay que pararse y poner rostro y nombre a quienes se van a ver afectados; en mi caso conozco muy de cerca a tres personas que viven en Estados Unidos y que forman parte de mis afectos, Danae, Cecilia y Mariano, ellos proceden de Cuba, Nicaragua y Argentina y no saben como este resultado electoral  les va a afectar en su vida, de momento están muy preocupados y esperando respuestas. 

Y esto es un simple desahogo; lo que a mí me gustaría es que quienes tienen capacidad de ver, analizar, pronosticar y aportar soluciones, lo hagan. Yo no me siento capacitada para hacerlo, hay sociólogos,  pedagogos, politólogos, filósofos, antropólogos, periodistas que sí lo están  y son los que, desde mi punto de vista pueden aportar luz en la oscuridad que se ha instalado desde el nueve de noviembre; me cuesta entender de dónde sale tanto odio hacia el diferente, tanta indiferencia hacia el que sufre, tanta complicidad ante el machismo y el racismo, tanta desilusión y desesperación para capitular ante un iluminado. Y creo que es importante tomarse un tiempo para saber que ha sucedido, porque lo sucedido no lo ha hecho de la noche a la mañana y saberlo nos ayudará a que no vuelva a ocurrir.

Quiero saber con palabras que entienda, no quiero ese lenguaje académico y clasista que se usa para engañarnos, quiero hacerlo desde la humildad de saber que todos los votos son iguales y todos tienen el mismo valor, quiero hacerlo sin sentirme humillada por esa supuesta superioridad moral e intelectual de la palabrería que se usa para envolver la mala política que nos ha traído hasta aquí. Y quiero entender, quiero entender para aparcar el desasosiego, para sentir que se acabará pronto, para dejar de estar triste, para saber que no ocurrirá en otros lugares. Quiero entender para tener esperanza.

Me cuesta asumir como un país que hace ocho año puso a un negro en la Casa Blanca, ahora ha puesto a un tipo que es la antítesis No sé si el mundo iba a ser un lugar mejor con Hillary, sí sé que ya es  peor con Donald. Lo sucedido me parece una mala tragedia, yo quería que ganara Hillary, porque no quería que ganara Donald.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Querer y no

Esto es para dos mujeres en las que pienso, espero que ellas sepan quienes son. Con amor.

¿Cuántas veces te han dicho te quiero y empezabas a sospechar que no era cierto? 

¿Cuántas veces te han dicho te quiero y sabías que no era cierto?

¿Cuántas veces te han dicho te quiero y has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo?

¿Cuántas veces te han dicho te quiero, has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo y quien te lo ha dicho se enfada cuando le dices que no es cierto?

¿Cuántas veces te han dicho te quiero, has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo y quien te lo ha dicho se enfada cuando le dices que no es cierto y deja de hablarte unos días? 

¿Cuantas veces te han dicho te quiero, has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo y quien te lo ha dicho se enfada cuando le dices que no es cierto y deja de hablarte unos días y se te hacen insoportables esos días, y sabiendo que no es verdad que te quieran, das el primer paso para volver a hablar?

¿Cuantas veces te han dicho te quiero, has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo y quien te lo ha dicho se enfada cuando le dices que no es cierto y deja de hablarte unos días y se te hacen insoportables esos días, y sabiendo que no es verdad que te quieran, das el primer paso para volver a hablar y preguntas ¿vas a estar mucho tiempo sin hablarme? y responde, es que me molestas que pienses esos y preguntas ¿no piensas que hay algún motivo para que yo sienta que no es verdad que me quieres? y responde, no, no hay ningún motivo?

¿Cuantas veces te han dicho te quiero, has respondido que sabes que no es cierto, pero gracias, porque hoy es agradable escucharlo y quien te lo ha dicho se enfada cuando le dices que no es cierto y deja de hablarte unos días y se te hacen insoportables esos días, y sabiendo que no es verdad que te quieran, das el primer paso para volver a hablar y preguntas ¿vas a estar mucho tiempo sin hablarme? y responde, es que me molesta que pienses esos y preguntas ¿no piensas que hay algún motivo para que yo sienta que no es verdad que me quieres? y responde, no, no hay ningún motivo y sabes perfectamente que hay muchos motivos y la otra persona también?

¿Cuántas veces has seguido ahí, disponible todo el tiempo, dándote falsas esperanzas a ti misma porque ha dicho que te quiere y sabiendo que no es así, has pensado, quizás en algún momento te va a querer, te lo mereces, aunque en el día a día su comportamiento hacia ti dice todo lo contrario?

A mí algunas veces. Y no, no me quería porque esas personas sólo se querían a sí mismas o querían como las hacías sentir con tu entrega. Y no, no es cierto que quien bien te quiere te hará llorar. Y no, no es verdad eso de que si no duele no es amor. Probablemente yo no sepa que es el amor (cualquier clase de amor), sí sé lo que no lo es.

Decir te quiero es fácil, querer ya es otro nivel.


martes, 25 de octubre de 2016

No, no estoy enamorá


No estoy enamorada, ¿a qué viene esta afirmación? muy sencillo. En los últimos tiempos, hoy ha sido la última vez que me han dicho "te veo muy bien últimamente, de muy buen humor, muy guapa, seguro estás enamorada", a veces me dan ganas de responder "pues mira, tú tienes pareja, se supone que estás enamorado o enamorada y la mayor parte del tiempo estás de mal humor". No estoy enamorada y estarlo no es requisito indispensable para nada; no estarlo, tampoco. Y a veces estoy más guapa cuando estoy de mal humor (como aquello de Mae West "cuando soy buena, soy muy buena, cuando soy mala, soy mejor").

Y no seré yo quien reivindique algo que me parece una solemne estupidez, esa cosa de "estoy enamorada de mi familia, de mis amigos, de mi trabajo, de la vida", porque parece que es requisito indispensable estar enamorada para justificar una existencia. No. A mi familia y a mis amigos los quiero, el trabajo me gusta, unos días más y otros menos y la vida es la que nos toca, porque no elegimos el momento de nacer y tampoco el de vivir, si el como, así que lo que corresponde es vivir al día, a ser posible. Enamorarse es algo que tiene que ver con el ardor y la carne, quererse es otra forma de amor y tiene más que ver con la ternura y espíritu, pasión le puedes poner a ambos sentimientos, sin duda los deseos serán (son) diferentes.

Así que no, no estoy enamorada, hace mucho tiempo que no lo estoy, y no pasa nada. Después de mi ultima relación larga y durante un tiempo apenas vivía para saber si volvería a enamorarme, si alguien volvería a enamorarse de mí; casi todo lo que hacía y pensaba estaba encaminado a eso, no era consciente de la frustración que eso me generaba porque veía a mi alrededor a muchas personas en el mismo bucle y porque todas las conversaciones giraban en torno a eso, volver a tener pareja. En mi soledad siempre pensaba que en realidad echaba más de menos el sexo, el contacto con otro cuerpo, que el amor, y sentía que si lo decía en voz alta no se me iba a entender, porque aún se debate eso de el sexo con amor o sin amor. Aclaro, a mi el sexo me gusta con y sin amor. El tiempo ha ido pasando y con él el desasosiego de volver a tener pareja. He tenido amantes, he tenido sexo y ahora no tengo amantes, ni sexo, al menos en compañía.

Eso sí, enamoradiza soy mucho, pero no, no hay nadie que haga que mi estómago (el lugar donde yo siento las emociones) se revuelva, así que si no estar enamorada constituye un problema, debe ser de ellos, yo siempre estoy disponible a sentir.

Y va todo bien, o muy bien, y mal, o muy mal. Siendo honesta no me quejaré de la vida que tengo, primero porque es la he elegido, al menos la mayor parte de ella, porque no es una mala vida, porque he aprendido a disfrutar con lo que tengo, lo que voy logrando, lo que voy haciendo, he rebajado mis aspiraciones para no tener frustraciones innecesarias, he comprendido que no puedo salvar al mundo, sólo puedo estar a disposición de lo que considero mi mundo, donde caben muchos mundo (en homenaje al Sup Galeano, antes Marcos) y este es muy amplio. Tengo días buenos y días malos, también días normales, a veces creo que en estos es donde está el equilibrio, no hago muchos planes (salvo los que tienen que ver con billetes de avión, por razones obvias), como soy muy vaga, a veces me dejo llevar. Y sobre todo en la vida hay muchos placeres que nos van completando.

Creo que todos los días tengo el cincuenta por ciento de posibilidades de todo, de seguir trabajando, de quedarme en el paro, de seguir sana, de enfermarme, de reír, de llorar, de seguir viendo y de no, pero no pienso mucho en esto, porque hoy estamos y mañana no. Estar enamorada de un hombre y tener pareja suma, no estar y y no tener pareja, no resta.

Nadie lo piensa, pero quizás esa cosa tan extraña como es el estar guapa, de buen humor o muy bien de ánimos, tiene más que ver con tener la conciencia tranquila, con no estar siempre enfadada con el mundo sin razón, con no querer caer bien a toda la humanidad y que toda la humanidad te caiga bien a ti, no dar importancia a lo que no la tiene, saber hasta dónde puedes llegar, aceptar críticas y ejercerlas, no caer en el buenismo barato que siempre es un reducto de falsedad, ser leal a tu criterio, no creer esa burda mentira de nuestro siglo que consiste en que podrás conseguir todo lo que propongas, mandar a la mierda a quien corresponda, e ignorar a quien quieres odiar porque el odio te quita una energía que luego necesitas para hacer pilates y hacer lo que te va dando la gana, que con tener un novio, o también, que no son excluyentes.

Disfruto de lo que me gusta porque suele ser lo que elijo y elegir es fundamental para ser libre y la libertad es una forma de felicidad. Así que por favor, dejad de asociar el bienestar al amor carnal, porque es una apuesta irreal y excluyente y seguro que a los hombres ni se les plantea. Esto es lo que pienso hoy y si mañana cambio de opinión diré lo contrario y me sentiré humana y contradictoria y os lo contaré, si me echo un novio, también.

lunes, 17 de octubre de 2016

Hipoteca(s)


El pasado quince de octubre terminé de pagar la hipoteca de mi casa.

Hace más de veinte años y por razones personales que no vienen al caso decidí vivir en Huelva y dejar mi pueblo, Gibraleón; lo hice alquilando un piso enorme, desangelado y cuyo único atractivo residía que en el edificio de enfrente vivía una chica a la que su amante (por entonces un cargo público importante en la provincia) venía a visitar.Cuando cambiaron las circunstancias personales, aquel piso se hizo más enorme y menos necesario y me puse a la tarea de buscar otro.

Ese otro quería que fuera un poco más pequeño y además quería comprar, en ese momento estaba convencida que alquilar era tirar el dinero y me lancé a la búsqueda; la suerte quiso que en el edificio en el que vivía mi abuela los vecinos del bajo acababan de poner su piso a la venta. A mi siempre me ha gustado ese lugar, el único pero que encontraba al piso es que solo tiene dos habitaciones y yo siempre he querido tres; nos pusimos a negociar y enseguida llegamos a un acuerdo justo.

Tras el acuerdo llegó el peregrinar por las entidades bancarias; la primera, con la que yo trabajaba entonces fue un despropósito, ninguneo y negativas, la segunda posibilidades imposibles y la tercera llegó sola; un amigo trabajaba en ella y me contó que iban a lanzar una oferta que consistía en dar el cien por cien de la hipoteca solicitada sin pasar por el trámite de la tasación que era el que de verdad me daba miedo, siempre lo tasan en menos de lo que piden y toca hacer más números y piruetas.

Y así fue como me embarqué en una hipoteca de seis millones de pesetas ¡entonces era mucho dinero! y un viaje de veinte años para pagarla. Sola, sin aval de nadie, sin ayuda, sin trabajo fijo, me pareció un salto mortal sin red y pensaba que me haría vieja pagando la hipoteca. No me he hecho vieja pero me he hecho mayor. No ha sido un camino fácil; a los cuatro años de estar hipotecada me quedé sin empleo y esto duró un año, un tiempo difícil sin duda que afortunadamente superé. 

La casa se fue convirtiendo en un hogar, una vez finalizados los trámites de hipoteca y sus gastos me quedaba lo justo para comprar una cama, un sofá y un frigorífico, me instale en ella con los muebles que dejo la anterior inquilina y hasta unas cortinas y una televisión heredadas de mi madre, poco a poco y no sin esfuerzo he ido poniendo, quitando, cambiando cosas. La casa también ha envejecido y va siendo hora de hacerle unos arreglos, poco a poco, el dinero que iba destinado a la hipoteca será ahora para los retoques.

Ahora ya puedo decir que la casa es mía, antes nunca me he sentido propietaria, quizás ahora tampoco. Esa casa ha sido de mis novios, de mis amantes, aún lo es de mis hermanos, mis sobrinos y mis amigos; algunas de las razones por las que yo quería tener una casa eran estas, tener un lugar donde las personas que quiero pudieran venir y estar, también era muy importante tener un lugar para los libros y algunos discos, recuerdos de viajes, en definitiva donde tener una vida. Me produce especial satisfacción que siendo una casa unifamiliar quienes pasan por allí la ven un hogar con calor de hogar, que transmite paz, supongo que eso es mérito mío.

Hace dos años, y tras haber previsto un viaje a Jordania,  hice testamento; por alguna extraña razón pensaba que en cualquier momento los disparos que sobrevuelan los países de Oriente Medio podrán llegar hasta donde yo estaba y yo no quería que una persona que estaba circunstancialmente en mi entorno familiar se viera beneficiada del hecho de no tener las cosas en orden. El testamento no es el que yo siempre he querido hacer, confío en poder cambiarlo en algún momento.

A tenor de lo escuchado estos días cuando lo he contado, el haber llegado al final tiene algo de épico, o de suerte en la lotería, y parece que no es poco en estos tiempos. A veces fantaseo con vender el piso y con el dinero que gane con la venta, viajar y cuando deje de viajar volver  al pueblo, a la casa de mi madre, al hogar. Luego se me pasa y ahí estoy, entre la fantasía y la libertad.

Una cosa he aprendido, si volviera a nacer, jamás me compraría una casa. Debemos fomentar el alquiler justo de viviendas y descartar el sentido de la propiedad.

El pasado quince de octubre terminé de pagar la hipoteca de mi casa. Y el día uno de noviembre hará viente años que vivo en ella. Un poco orgullosa de mí si que estoy. Y un mucho feliz por haber llegado aquí, también.


viernes, 2 de septiembre de 2016

La ciudad en la ciudad, Coyoacán

México Distrito Federal, esa es para mí la ciudad, podría escribirlo con mayúsculas pero no es necesario, cualquier que me conozca sabe que es así, no es que tenga una historia de amor con esa ciudad, es mucho más, es pasión. Aunque estoy un tanto enfadada con sus gobernantes, quieren aprobar un nuevo nombre y que pase a ser Ciudad de México, dejando de ser distrito federal, que es lo que le da rebeldía.
De todos los lugares de esa ciudad mi favorito es el barrio de Coyoacán, siempre vuelvo a él y van siete las veces que visito ese país. Coyoacán ha sido siempre el barrio bohemio y artístico de la ciudad, allí está la casa azul de Frida y Diego con túnel por debajo que la comunica con la casa de Trotsky (la leyenda cuenta que León y Frida eran amantes). En una de sus cuadras hay una casa que ocupa toda una esquina entre calles que fue la casa del mítico Indio Fernández y un poco más allá “La Escondida” una finca inmensa que fue de la gran Dolores del Río y que ahora es un lugar de celebraciones, de hecho la boda de mi amiga Irma se celebró allí; fue impresionante pasear el mantón de manila de más de 100 años que es herencia de mi madre por esas escaleras, esas rampas, esos salones con esas lámparas. Soñar.
Coyoacán no es un barrio peligroso, no me lo parece y lo he recorrido varias veces; es un barrio lleno de pequeños barrios y casi todos tienen una plazoleta y zócalo y árboles centenarios y jardines muy bien cuidados y no todos son populosos, y ¡¡¡cinco iglesias!!! (que yo contara).
Llegando y desde tres calles antes hasta donde llega el aroma, me gusta siempre tomar café en El Jarocho. El Jarocho es una tienda pequeña donde venden todos los cafés que produce México y son muchos, y también te lo sirven, lo bonito del lugar es que no es un bar, coges tu café y te puedes sentar en el único banco que hay frente a la puerta de entrada o seguir caminando; con el café en la mano puedes ir hasta la casa azul e intentar entender a Frida Kahlo y a Diego Rivera y sorprenderte de que no es tan azul por dentro. Todo es excesivo en esa casa, quizás como ellos.
Saliendo de la casa me gusta caminar hasta el mercado de artesanías, es enorme, tiene muchas calles y ahí encuentro siempre todos los regalos que nunca tengo tiempo de comprar según avanza el viaje, mis favoritos son los paliacates y las catrinas, estas, si son buenas, suelen ser muy caras, pero dicen que dan buena suerte si te las regalan, también hay toda clase de remedios caseros para el amor, el desamor, el desempleo, el salud, los estudios, muñecos y muñecas indígenas e incluso aún hay quien los vende con pasamontañas en un eterno homenaje al Subcomandante Marcos.


Se acerca la hora de comer y la oferta es muy grande, cantinas, puestos en los mercados, puestos en la calle, y nunca sé que elegir, mi hambre burguesa me lleva a la Guadalupana, una cantina mexicana, mexicana donde hacen unos de los mejores chiles enogadas que puedas probar y quesadillas; mi hambre atrevida me lleva a comer chicharrones bañados en chile picante de cualquier puesto de la calle, lo que hace que mis amigos se preocupen por si me enfermo, nunca ha sucedido, se ve que Moctezuma no se quiere vengar en mí.
Como resultado de la edad cuando viajo me gusta cada vez más aprovechar el día en la calle, soy más diurna que nocturna y tras la comida, paseando para bajarla un poco, el sentido me lleva a la heladería Siberia, qué gran nombre para una heladería ¿verdad? sus helados y nieves son exquisitos, aunque pienso que los últimos años han perdido calidad; ah! y una de las cosas que más me gusta es hacer la cola y escuchar hablar en mexicano, observar a las personas.
Y hablando de observar a las personas, llegamos a la parte triste del relato. La hora del café. Aún recuerdo la envidia que me produjo descubrir en mi primer viaje una gran cantidad de librerías-cafeterías, es mi sueño dorado, poder tener un lugar así. Y llegar a El Parnaso, podéis imaginar el porqué del nombre, del que me enamoré. Un flechazo brutal. Estaba la librería y al lado la cafetería-restaurante, las fotos te contaban como por allí pasaban habitualmente Carlos Fuentes, Octavio Paz, García Márquez, Elena Poniatowska, Ángeles Mastreta, Carlos Monsiváis, los Taíbo y muchos más como residentes que eran, pero también Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Arturo Pérez Reverte , que pasaban por la ciudad. Toda la literatura iberoamericana aquí desconocida, estaba allí; también toda la literatura española a precios más asequibles que aquí.
Me produjo una emoción especial pisar esa librería y ese café. Llegabas, ojeabas un libro, lo comprabas o no, pedías La Jornada en el quiosco de la esquina y con una taza de café o del exquisito chocolate que hacían, veías la vida pasar. Allí estaba el corazón del distrito federal, trabajadores y trabajadoras a la salida del trabajo elegantes, los estudiantes con sus mochilas, las indias vendiendo artesanías, los más pequeños jugando a la salida del cole o pidiendo, los manifestantes y sus reivindicaciones. El parnaso ya no existe, la poesía se ha trasladado otros lugares.
Y como no hay historia de amor que no se bañe en alcohol, me gusta acaba en el El Hijo del Cuervo, que es lo que nosotros llamamos bar, y ellos antro aciertan a calificar.
PD.: este texto lo escribí hace unos meses para un taller de escritura.




domingo, 28 de agosto de 2016

La rutina (no rutina)


Puedo decir que las tres semana que he tenido de vacaciones no han sido las mejores de mi vida y también puedo decir que han sido unas buenas vacaciones. Apenas las había iniciado falleció padre, con todo lo que eso conlleva, y aún así han sido buenas vacaciones, si por buenas vacaciones entendemos un no parar; donde ha habido un poco de todo. 

Un mucho de mimos de familia y amigos, un poco de limpieza en el hogar, un bonito viaje a Marruecos, unas escapadas a las bonitas playas de Huelva y el sur de Portugal, un poco de películas infantiles, un poco de música y un poco de lectura. Esto último es raro, en verano nunca decae el ritmo de lectura que llevo en invierno, la diferencia estriba en ir a la playa sola o acompañada, en este último caso leo menos y también en el tiempo que paso en casa y no, no ha sido mucho, es verano, al fin y al cabo.

He de decir que agosto no es mi tiempo favorito para coger vacaciones, las tomo porque no tengo opción, y siempre me guardo unos días para disfrutar del tiempo que me gusta, allá por final de septiembre. Todo esto para decir que tenía ganas de empezar a trabajar ¡sí! puede sonar raro, pero así es, trabajar para volver a la rutina y ¿porqué no? al descanso. La rutina de un horario para levantarse, un horario para trabajar, un horario para almorzar, un horario para descansar (entiéndase por esto dormir unas seis horas por la noche, todas seguidas) tras u buen rato de lectura en la cama, entre sabanas frescas y sin apenas ruido pues la mayor parte del vecindario no está. Y toda una tarde libre para muchas cosas y casos.

Hasta que te das cuenta que la rutina no es tanta; durante esta primera semana de trabajo he podido hablar varias veces con un chico que quiere estudiar uno de nuestros programas académicos y que es de Costa de Marfil. También he hablado varias veces con una chica libanesa, que quiere lo mismo y la gran sorpresa ha sido que habla muy bien español, según me cuenta porque siempre tuvo interés en aprenderlo. Estos contactos emocionan y estimulan a partes iguales, de sus respectivos países las noticias que nos llegan siempre suelen ser malas, así que este interés deja un lugar muy amplio a la esperanza, la de ellos y la de nosotros.

La rutina deja de serlo cuando una de las mañanas aparece en la oficina C. (una mujer que fue alumna nuestra), ella es  víctima de violencia de género y una sobreviviente, porque consiguió terminar su tesis y presentarla, trabaja cuando puede, a pesar de estar protegida y saca a su hijo adelante; mientras dice que viene a preinscribirse en uno de nuestros posgrados, me va narrando lo duro que le resulta ver cuando su hijo sale al punto de encuentro establecido para reunirse con su padre, padre que la mayoría de las veces no acude y deja al niño desolado. C es una gran mujer, siempre me alegra verla, porque sé que no es fácil que pueda andar libremente, y espero que un día la vida la recompense, lo merece. Lo mejor, siempre, el abrazo cálido con la promesa de que se repita pronto.

Y el placer de la rutina es volver a coincidir con mi amiga Che Duarte en las idas y venidas a La Rábida, la alegría de ver como su hija Carla va creciendo y cuando sonríe ilumina sus ojos y mi mundo; retomar los desayunos al aire libre en el bar de siempre, poder elegir quien te acompaña en esos momentos, intercambiar chismes y relatos de las vacaciones.Trabajar sin jefes.

Y cuando menos lo esperas, escapar a la playa y saber que aún queda verano. ¡Viva la rutina!








martes, 16 de agosto de 2016

La ropa


Acabo de llegar de un viaje a Marruecos, ha sido sólo una semana en Martíl una pequeña localidad del norte, ubicada en la provincia de Tetuán, así que no me haré la experta en nada, quiero contar mi experiencia, porque al volver me he encontrado con la foto (polémica) de las jugadoras de vóley y con alguna tertulia sobre ese tema de terror. 

Cuando supe que entre las actividades que íbamos a tener durante la estancia allí era un encuentro con un colectivo de jóvenes y con un colectivo de mujeres, toda mi idea era preguntar porque se visten toda cubierta y usan Hiyab; desde la superioridad moral que a veces nos caracteriza a Occidente nos hemos acostumbrado a juzgar y criticar sin conocer y por supuesto, a sentar cátedra.

Así que a la primera de cambio me aventuré a preguntar a una chica de Tetuán, llamada Mariam Fathi. Es una chica que gracias a la formación que ha recibido, impartida por la asociación a la que vimos, ha podido conseguir un trabajo. Lo primero que me llamó la atención de ella fue su elegancia, cubierta de pies a cabeza, resultaba deslumbrante; luego su carácter, durante todo el tiempo que mantuvimos el encuentro, ella, recriminó a una compañera que comiera chicle, que era de mala educación, le dijo a un chico que se sentará bien para que cupiéramos más personas y hasta corrigió al traductor porque dijo algo que no le gusto.Todo un carácter que acompaña de una sonrisa.



Ella contó que era una chica muy vaga, que solo quería dormir y que apenas salía de casa, que la educación había cambiado todo eso, entre otras cosas, ahora apenas quería dormir, se llevaba mejor con su familia, hace lo que hacen todas las chicas jóvenes, aunque sea a escondidas y quiere viajar mucho. Se viste así porque le gusta, nadie la obliga y alguna de sus amigas visten de manera occidental, sí reconoció que vestirse así tiene mucho que ver con las agresiones que sufren los países árabes y que es una reivindicación de su cultura, no de su religión; me dijo que yo estaba muy guapa con la ropa que llevaba (un pantalón corto y una camiseta), le di la gracias y le respondí que ella también estaba muy guapa y muy sexy (hacía viento y la falda larga se ceñía sobre sus piernas)y dibujo una ancha sonrisa en su rostro.


Luego quiso hacerse selfis con todo el grupo, sin importar que fueran chicos o chicas, dio buena cuenta del té y los pasteles y aunque había perdido permiso en el trabajo para poder reunirse con nosotros, se resistía a irse porque lo estaba pasando muy bien. Nos dijo que las buscáramos en facebook. En esta asociación había chicas y chicos vestidos con hiyab y sin hiyab, de hecho, a una de ellas la pudimos encontrar esa misma noche en un concierto al que asistimos en la escuela de artes y oficios de Tetuán.




Así ha sido en muchos lugares, mujeres vestidas de manera occidental y oriental, y hombres vestidos de manera occidental y oriental, en los bares, lugares de trabajo, en el mercado, en la calle, en la playa, salvo que lo de los hombres nunca lo vamos a cuestionar; 

No diré que me parezca ideal esa ropa, no podría vestir así, aunque me han regalado una chilaba preciosa que luciré en algún momento, si diré que ahora tengo mucho respeto a sus decisiones, mucha empatía a la lucha por sus derechos, porque si algo parecen tener claro es que  tienen derecho a vestir como quiera y que tienen los mismos derechos que los hombres, y esa es una lucha universal.


lunes, 4 de julio de 2016

El insulto

Podría decir que hoy ha sido uno de los días más triste de mi vida laboral, ha ocurrido algo que nunca había sentido. Desprecio.

Muy temprano sonó el teléfono, era un señor preguntando si habían salido los resultados de las solicitudes de beca, le respondo que no, que salen hoy a lo largo del día o mañana; el señor muy ofuscado dice que la pasada semana envío la documentación que le faltaba, el curriculum, le respondo que el plazo para presentar documentación finalizó hace una semana y me dice que si no le van a dar la beca por falta de documentación que ya sabe que no hacía falta enviarlo, a pesar de conocerla de memoria le leo la convocatoria y le digo que sí, en todo caso, si no le otorgan beca por falta de documentación puede usted alegar, ya, pero es que mañana no voy a estar en casa, puede usted hacerlo pasado mañana, hay plazo para alegar, sí pero es que no es justo, mire, aún no sabe si se la han dado o no, mejor será que espere y de pronto se hace el silencio al otro lado del hilo teléfono y con todo el desprecio de que fue capaz dice "en fin, funcionarios" y cuelga.

Hoy no ha hecho mucho calor y aun así, se me heló el corazón, jamás en mi vida nadie se había dirigido así para cuestionar mi trabajo, he oído muchas veces, demasiadas, las generalizaciones sobre los funcionarios pero nunca lo habían usado como insulto. Como no me gusta el corporativismo siempre he pensado que lo que mejor define a los funcionarios es su trabajo y puedo decir con rotundidad que es impecable, no diré que no haya quien no haga nada, los hay, son minoría, afortunadamente minoritaria y valga la redundancia. Mi madre ha sido funcionaria durante casi 30 años y nadie puede decir que no haya sido diligente y resolutiva, no lo digo yo, podéis preguntar en mi pueblo; y no lo tuvo fácil, sufrió la ira de dos alcaldes que la apartaron de sus funciones y ella jamás dejó de acudir a su trabajo, no invento baja, malestares o se cruzó de brazos, nunca.

Los funcionarios en este país hemos soportado en los últimos tiempos una carga muy pesada, los recortes y las celebraciones de quienes se alegraban de esos recortes, sí amigos, hay quien se alegra de la pérdida de derechos de los funcionarios, trabajadores al fin y al cabo. Nos han recortado el sueldo durante los últimos seis años, nos obligaron a trabajar dos horas y media más a la semana con decrecimiento salarial, nos quitaron días de vacaciones y asuntos propios ganados a pulso y una paga extraordinaria en a navidad de 2012 y hasta hemos ido a trabajar enfermos porque una semana de baja te dejaba el sueldo en nada, sin importar los años que lleves trabajando. Ahora nos han devuelto la paga extraordinaria y algunos de los derechos que nos quitaron, devolución que no pienso agradecer, no se agradece que te devuelvan lo robado. Diré más, a mi los cuatro años de gobiernos de Mariando Rajoy me ha supuesto una pérdida añadida de unos trescientos euros, porque hice la huelga general y las tres huelgas en la educación que fueron convocadas durante su mandato, así que como ya he dicho alguna que otra vez, no me toquen el coño, ni me den lecciones.

Y ya que estoy, lamentar también la cantinela de que los funcionarios somos de un partido o de otro. A ver si se entiende bien, los funcionarios no servimos a quien da la orden de que paguen nuestro salario; los funcionarios servimos y nos debemos a quienes con sus impuestos cada año sostienen las administraciones públicas, los hombres y las mujeres que forman parte de este país, sean españoles o no. Las instituciones son de los pueblos y permanecen, los políticos hoy están y mañana no, ya pasaron los tiempo de tener señor y amo. Y qué triste que digan que el trabajo es un privilegio y no un derecho, más triste aún son los trabajadores pelando contra otros trabajadores.

Estoy convencida que no siempre hago las cosas bien, aunque lo intento cada día, el servicio público es tan, tan maravilloso que hasta un día malo los usuarios lo pueden convertir en bueno. Intento ser profesional y educada, y también amable, que una actitud no está reñida con la otra. Si yo contara las formas de agradecimiento que recibo por mi trabajo podría publicar una enciclopedia, pero aunque nadie lo agradeciera yo intentaría hacerlo bien igual, porque como empleada publica me gusta tratar a las personas como me gusta ser tratada. Por eso hoy ha sido un día tan triste, por la maldad en la intención. 

* Los funcionarios engloba también a las funcionarias (obvio).

lunes, 30 de mayo de 2016

Desarmados

La empatía es una palabra que proviene de Grecia y es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra (Wikipedia).

Empatía es el sentimiento de identificación con algo o alguien y capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos (RAE).

Según Acnur, la semana del veintitrés al veintinueve de mayo (o sea, la pasada semana) han fallecido en el Mar Mediterráneo entre setecientas y mil personas. En todo 2016 la cifra es de dos mil trescientas veinticinco, creedme si os digo que en Huelva hay pueblos con menos habitantes, pueblos bonitos, pueblos resistentes. Si en algunos de esos pueblos viviera una sola persona que no quisiera marcharse de allí aunque la obligaran, yo estaría de su parte. Una sola persona ahogada debería ser mucha.

Aoussama (mamá), Zohra (Mari Carmen), Smail (Octavio), Merien (Marta), Yassine (Mané), Dalel (Paquito), Eman (Daniel), Zakaria (Darío), Abdelouhed (Mario), Marwa (Lucas), Hadeer (Manuel), Ibrahim (Pepe), Soumaya (Victoria), dalel (Pablo), Samir (Martín), Saliha (Rocío), Djilali (Lolo), Rimen (papá).

Anoche, mientras escuchaba la noticia, se me ocurrió imaginar que estas personas podrían ser mis padres, mis hermanas y hermanos, mis sobrinos y sobrinas; podría continuar con mis primas, con mis amigas y amigos, con sus hijas e hijos, con mis amores, pasados y presentes y ¿por qué no? futuros, si en el algún momento de la vida me cruzo con alguna de estas personas. Tardé en conciliar el sueño y es extraño, porque dormir es una de las pocas cosas que hago muy bien en la vida. 

No consigo acostumbrarme a la cotidianidad de estas cifras y trato de encontrar algo que me reconforte y pienso que afortunadamente las personas que forman parte de mi están bien, están presentes y están cerca, física y animicamente. Y que durante el próximo mes de julio, en la universidad donde trabajo, vamos a tener dos cursos con personas de algunos países con conflictos o cercanos a ellos (Marruecos, Egipto, Tunez y Argelia). Y que ojalá España fuera Italia o Grecia, sí, porque con todo en contra están demostrando una capacidad de ser generosas ilimitada, todos los días parece que no cabe un refugiado más y todos los días llegan más. Y que en las próximas elecciones votaré a quien de verdad tenga un programa serio para refugiados e inmigrantes o sea, para las personas y no para las cifras.

No se me ocurre casi nada más, no tengo fortaleza ni capacidad física y moral, para decir "durante las vacaciones voy a ir a ayudarlos", ya no la tengo, durante muchos años la tuve y lo hice, ahora ya no. Desde donde estoy,  sigo recomendando que ayudemos economicamente a quienes siempre están al frente Proactiva CEAR Médicos sin Fronteras y muchas más. 

Una última cosa, probemos todos a poner nombres a las cifras, el nombre de nuestras personas más cercanas, quizás seamos capaces de ser millones y obligar a quienes pueden resolver, a que resuelvan. 

jueves, 26 de mayo de 2016

Campaña (e)lectora

"La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se debe obligar a nadie a ser feliz" Jorge Luis Borges

La última y quizás primera vez que he visto a Mariano Rajoy con un libro entre las manos fue en la presentación de la más reciente novela de Mario Vargas Llosa, eso no quiere decir que la haya leído, tampoco que la vaya a leer; nunca lo he escuchado hablar o decir qué libro está leyendo y dada su insensibilidad, dudo que lea algo más que los informes que le preparan sus asesores, aunque por el devenir errático de su política, quizás tampoco.

A Pedro Sánchez le han preguntado varias veces en los últimos tres meses qué libro estaba leyendo y ha respondido El hombre que amaba los perros de Leonardo Padura (escritor del que le recomiendo lea todo); y no es que me parezca mal, me parece muy bien, es una gran novela que ilustra, hace sufrir, hace llorar y que explica perfectamente porque la izquierda perdió la guerra civil española, porque la izquierda perderá todas las guerras presentes y futuras. lo que llama mi atención es que repita ese título durante tanto tiempo siendo una novela que se lee rápida de ganas de saber que tiene y la emoción que produce. Ay, Pedro.

Pablo Iglesias a  la misma pregunta ha respondido durante los últimos siete meses ¡siete meses! estar leyendo El cártel de Don Winslow. Confieso ser lectora de este autor y aunque esta obra tiene casi ochocientas páginas, las ganas de llegar al final envuelta en temblores de horror, hace que el libro te lo bebas, de hecho a mi me duró los quince días de la anterior campaña electoral y eso que, normalmente, solo leo por la noche robándole horas al sueño. No Pablo, no.

Alberto Garzón sólo lee ensayos, no lo digo yo, lo dice él siempre que le preguntan que está leyendo. Además reconoce abiertamente que apenas ha leído, lee novelas. El candidato que más y mejor uso hace de la pedagogía no quiere vivir otras vidas ¡qué triste! ¡qué incompleto!

Lo de Albert Rivera ya raya en el esperpento, "llego cansado a casa y lo último que le apetece es leer un libro, no soy un gran lector de novela porque soy muy realista". Y ya; está en clara competencia con Rajoy para no merecer ser presidente del gobierno de este país, por este y otros motivos.

Cuando Felipe González salió elegido presidente por primera vez contó que esta leyendo Memorias de Adriano de Margaret Yourcenar y las ventas y lectura de esta se dispararon y se beneficiaron además otras novelas de esta autora. Bill Clinton, durante su primer mandato, confesó su pasión por Gabriel García Márquez y la fascinación que le había producido Cien años de soledad y el efecto inmediato fue que el escritor colombiano salió de los círculos hispanos parlantes. Barack Obama, en su segunda toma de posesión invitó a leer un poema al escritor Richard Branco, hijo de exiliados cubanos y ahora sabemos con certeza que la literatura ayuda a derribar muros imaginarios y reales. 

Es obvio que las personas son libres para decidir que hacer con su vida y su tiempo. A mi la lectura como pasatiempo y deseo me parece imprescindible, esto es algo que nadie tiene porque compartir, no es necesario leer obras maestras, yo no lo hago y de hecho he leído pocas. Si me parece importante que las personas públicas fueran ejemplares en ese sentido, y puede que lo sean, pero no lo parecen; sería muy estimulante verlos con un libro, de papel o electrónico, entre las manos en las largas caravanas electorales que se avecinan.

Ya sé que la educación y la cultura no están entre las prioridades políticas. Tampoco la pedagogía y puede que sea un error que terminemos pagando caro. Leed y compartid lecturas, seremos más libres y felices. 


viernes, 13 de mayo de 2016

Conejas (sin tribu)

"Para educar a un niño hace falta la tribu entera" proverbio africano

El pasado miércoles escuché la noticia de que España necesita que nazcan 720 niños al día para que podamos seguir cobrando las pensiones, así, tal cual; más adelante añadieron en la información que también para paliar el envejecimiento del país, que llevábamos unos años es que nos morimos más de los que nacemos.

Partiendo de la base de que no sé porqué hay tanto empeño en perpetuar la especie, me pareció entender que lo que nos quieren decir es que hay que ponerse a parir y hoy por hoy eso es algo solo podemos hacer las mujeres, así que quizás debamos adquirir  costumbre de conejas y parir; si parir así, a lo loco, procrear sin sentido y sin responsabilidad. Obviamente quien daba los datos de este estudio era un señor. Y hasta me pareció entender que los hijos no tienen porque ser producto del amor, que mejor que sean producto del interés mercantil.

Yo nunca he querido ser madre, así que conmigo no cuenten para el acto perpetuo; si empatizo con quienes quizás quieran serlo y con quienes ya lo son. Con lo que no empatizo es con las políticas económicas y sociales que supuestamente deben acompañar a esta campaña conejera. ¿dónde están las ayudas para las madres solteras? ¿dónde está la igualdad para que las lesbianas puedan tener a sus hijos mediante fecundación en los hospitales públicos? ¿dónde están las guarderías y los colegios públicos cerca de los domicilios? ¿dónde están las medidas de conciliación laboral y familiar? ¿dónde está la ampliación de las bajas para los hombres que son padres? Cuando esto no existe necesitamos a la tribu. No, no quieren que tengamos hijos por amor, quieren que tengamos hijos por una simple cuestión de números. 

Coincidió esta información con otra que contaba que  la diputada de la Cup, Ana Gabriel, planteaba que tuviéramos hijos en tribu; claro que eso no es exactamente lo que ella dijo, es lo que se recogió de lo que dijo y que ha servido para que como poco digan de ella que está mal follada; no falla, cada vez que una mujer libre manifiesta una opinión que sale de lo convencional es que estamos mal folladas o poco o nada folladas.

Y yo, que soy más sensata y moderna de lo que parezco, he escuchado las declaraciones de Ana Gabriel completas y no puedo más que aplaudir su propuesta, que dicho sea de paso no dice nada nuevo. ¿Qué son los abuelos, los titos, los hermanos, las tatas, las amigas en torno a la familia? somos la tribu que nos cuidamos los unos a otros en ausencia de los padres. Cuando yo era pequeña, en mi pueblo había lo que se llamaba "ama de cría" que era una señora que daba de mamar a los recién nacidos que no podían hacerlo de sus madres. Por no hablar de las plañideras que lloraban en los duelos cuando a los deudos no les salían las lágrimas. Recuerdo cuando nació mi hermano menor, Paquito, mi madre se contagió de tifoideas y no puedo darle la teta, y siendo tan pequeño no podía estar en casa para no contagiarse y mi tía Inés se lo llevó a su casa para seguir criándolo. 

Quizás lo que ha molestado de lo dicho por la diputada es que lo ha llamado modelo conservador, en el sentido de que se tienen a los hijos como si fueran una propiedad de generación en generación. Quizás lo que ha molestado que alguien proclame abiertamente que hay muchas clases de amor. Y que en el amor y en la convivencia los límites los ponemos las personas. 

domingo, 10 de abril de 2016

Objetos perdidos

Los últimos tres días una gripe primaveral e inesperada me ha dejado  fuera de juego, vencida, o casi.

Me sentí mal el pasado jueves al despertar, mi cuerpo no podía, aun así fui a trabajar e hice vida normal, condimentada con paracetamol, pero vida normal; hice la jornada de trabajo, fui a la biblioteca y más tarde a un acto académico que protagonizaban unos antiguos alumnos de la universidad; estando en este empecé a sentir un frío terrible (impropio de la primavera) y supe que mi cuerpo no daba más.

Volví a casa, me puse el termómetro, 38 grados, tome una pastilla y me acosté; el frío que tenía era tal que pasé como una hora peleando conmigo misma hasta entrar en calor, finalmente lo conseguí, entonces me dolía tanto el cuerpo que empeñé otra hora en buscar como dormir y sobre todo descansar y dejar de toser. Debí conseguirlo porque cuando desperté eran las 5 de la mañana del día siguiente y creyendo sentirme mejor, cuando llegó la hora me levante y me fui a trabajar, error, porque pase la mañana aterida de frío y en mal estado.

De vuelta a casa más pastillas, vitamina C y cama, así todo el fin de semana. Salir de casa el domingo para comprar el periódico es casi una fiesta. No estoy bien, estoy mejor y la vida sigue, hay que  trabajar.  Esta gripe me ha robado fuerzas, tiempo, descanso, lecturas, películas y encuentros. Y me ha dejado cansancio y dolor de huesos. Ahora quiero saber dónde está la oficina de objetos perdidos  para reclamar lo que me ha quitado y devolver lo que no necesito.

Lo mejor, los afectos, siempre prestos a ayudar. Cuidaros, sin salud y sin amor, no somos nadie.

jueves, 7 de abril de 2016

De vez en cuando la vida...


Algunas veces hago deshonor a este lugar y soy más bruja que sirena; y otras donde pongo el ojo, pongo el embarazo, tengo habilidad para comunicar embarazos antes de que ellas lo sepan o lo confirmen, no siempre, pero ha sucedido alguna vez y algunas que hoy son mamá puede confirmarlo.

El pasado mes de enero llegaron los estudiantes para participar en los programas académicos de nuestra universidad. Pasados unos días, una tarde de los lunes que me toca trabajar me cruzo con una alumna y charlamos.
- ¿Cómo va la estancia, qué tal el fin de semana?
- Bien, nos estamos adaptando y estamos planeando salir a pasear.
Y, poniéndole la mano en la barriga le digo ¿ estás embarazada? No, es su respuesta, qué tengas una buena semana, linda.

Con el paso de los días se ha hecho evidente que está (estaba) embarazada, es algo que no se puede ocultar. Ella ya ha finalizado la parte presencial del máster y ha prolongado unos días la estancia en nuestra residencia. Sé por experiencia que entre alumnos y alumnas se crean fuertes lazos y me preocupaba que ella se esté sintiendo sola, al fin y al cabo aquí nadie somos su familia.

Así que me decidí a hablar con ella un rato.
- Mira, no lo puedo evitar, quiero saber como estás, si has ido al médico, si tienes un seguro, si todo va bien, claro que también eres libre de no responder, estarías en tu derecho.
-Ay, Marivi, yo te quiero pedir disculpas porque cuando preguntaste yo te dije que no, pero bueno, es que yo no quería que mis compañeros me trataran diferente, que me preguntaran; además este es un embrazo que no esperábamos y a mi familia no le gusta mi novio.
- Bueno, a las madres nunca les gustan los novios que a nosotras nos gustan y no nos gustan los que les gustan a ellas, es ley de vida.
- Lo que me preocupa es que estés bien atendida sanitariamente y el futuro bebé también.
- Sí, sí, todo está bien, he ido a ver al médico y todo está correcto, salvo muchas náuseas,  en unos días me voy a Madrid a esperar que llegue mi mamá y entonces nos vamos a Inglaterra.
- ¿A Inglaterra?
- Sí, tengo la doble nacionalidad, mi papá es inglés y yo quiero que mi hijo (es un varón que se llamará como el padre) también la tenga porque en mi país nunca se sabe que puede pasar.
- Bonita, yo solo quiero saber que no vas a estar sola en los dos meses que te quedan, que vas a estar acompañada, que tienes lo que necesitas, en fin, cualquier cosa, sé que no ha de ser fácil esto para ti, ser madre es una decisión muy valiente y en tus circunstancias más aún.
- No quise dejar pasar la oportunidad que se me ofreció de venir a estudiar a España y a pesar del embarazo inesperado y la complicada situación familiar, estoy muy contenta de haber venido. cuando nazca el bebe y podamos viajar nos volveremos a casa.
- El papá ¿no va a venir?
- No, él quería venir y yo prefiero que se quede allí, ya viene mi mamá y son muchos gastos, nos encontraremos en casa para ser una familia.
- Igual te repito, lo que necesites mientras estés aquí, lo pides y por favor cuídate mucho para que todo salga bien.
- Lo que si voy a necesitar es alguien que me lleve hasta la estación el día que me vaya, sobre todo para llevar las maletas que todo me parece cada vez más pesado.
- No te preocupes, eso no es problema, te llevaremos a la estación.
- Mariví, y quería darte las gracias por esa oportunidad que nos dieron de conocer La Alhambra de Granada, es un sueño hecho realidad, un día volveré con mi hijo y pasaremos por aquí a verles.

Nos abrazamos. Ella quiere parecer feliz y yo no voy a dudar de sus palabras, pero la veo nerviosa y no puedo alcanzar a imaginar lo que de verdad está sintiendo, salvo el peso de una barriga de siete meses.





jueves, 31 de marzo de 2016

Apuntes de marzo (y 3)

 He entrado en una tienda a comprar chucherías, sí, las compro y las consumo, si no hay edad para el amor, no la hay para comer chucherías. Es una tienda pequeña, de barrio, huele dulce y la regenta una señora mayor, bueno un poco más mayor que yo; tiene un libros sobre la repisa que lee cuando no hay nadie en la tienda, lo tiene abierto por la página que ocupa y no he podido ver el título, es gordo.

Mientras llenaba la bolsa entraron en la tienda unos zagales y mientras dos de ellas elegían que comprar otro ha empezado a hablar:
- María ¿tú que haces para no aburrirte cuando no entra nadie?
- Leo.
- Eso no es bueno para la salud.
- ¿Quién te ha dicho a ti eso? ¿Cuántas te han quedado este trimestre en el cole?
- Seis.

María se ha echado las manos a la cabeza y le ha reprendido.
- Si leyeras y estudiaras no te habrían quedado tantas.
- No María, tú te traes aquí la play y pan, pan todo el día y no te aburres.

Al dirigirme yo a pagar, ella me ha mirado con complicidad porque ha visto mi cara de asombro.
- Mira, leer no solo no es malo para nada, al contrario, es buenísimo para la salud, y la educación, si tú leyeras habrías dicho buenas tardes al entrar, te habrías dirigido a María con respeto, no habrías suspendido tantas asignaturas y no serías tan analfabeto como para presumir de ello.
- Así se habla, lo ha explicado usted mejor que yo, ha dicho María y ha añadido, mira hijo, yo no pude estudiar, pero aprendí a leer y cuando no tenía libros nuevos, volvía a leer los viejos y me he preocupado siempre de que mis hijos lean así que no digas más algo así de delante de mí.

Salí de la tienda sabiendo que ha hablado más sabia y segura que yo y  sintiendo que con María el mundo es un lugar mejor, más ilustrado, más dulce y más libre.

Pd.: he tenido ganas de contarlo después de leer esto:  Muskaan Ahirwar, niña de 9 años, gestiona una biblioteca en la India

miércoles, 16 de marzo de 2016

Apuntes de marzo (2)

Hoy tenía una cita en un hospital de Huelva para una pequeña cirugía.

Hace unos meses, mientras estaba en Chile empecé a sentir un dolor donde la espalda pierde su casto nombre y empieza el culo, era un dolor que sentía sobre todo al estar sentada, no presté mucha atención; podía ser cansancio, nervios, una cama diferente, cualquier cosa y me dije a mi misma que cuando regresará iría al médico.

Al volver a la normalidad el dolor se iba haciendo mayor y fuí al centro de salud para ver a mi médico de cabecera. Al contarle lo que sentía, la doctora hizo que le enseñara mi culo para ver que era y diagnosticó un quiste pilonidal para lo que derivo a un cirujano para que lo viera, dos mese después el cirujano ratificó lo dicho por la doctora e inició el trámite para ir al hospital a quitar el quiste con una cirugía rápida.

Tras haber superado las pruebas de la anestesia, el día era hoy. A las 9,30 de la mañana, tal y como se me había indicado ingresé en cirugía diurna, me indicaron la habitación que debía ocupar, me dieron uno de esos camisones horribles de hospitales y me dijeron que no podía tener las uñas pintadas y que debía despojarme de pulseras y pendientes, también trajeron acetona para quitar el esmalte de uñas. Cumplidos todos los requerimientos me acuesto hasta que venga una enfermera a cogerme una vía con un tranquilizante; como me había despertado temprano e iba en ayunas, dormité hasta que llegó la compañera de habitación.

Sobre las 11 de la mañana llega una enfermera que nos toma la tensión, nos clava una aguja en la mano y me dice que no puedo llevar los labios pintados, le digo que me los he pintado de rojo a propósito, para darme fuerzas, ella sonríe, nos hace una serie de preguntas y que al rato vendrán a llevarnos al quirófano. He de decir que a mi me acompañaban mi madre y mi hermana Marta, a la compañera la acompañaban cinco personas, en total eramos nueve personas en ese pequeño espacio. Nunca entenderé esas multitudes acompañando a enfermos en los hospitales.

Un rato largo después entra un amable celador para llevarme a quirófano, aunque antes me deja aparcada en una larga sala donde hay varias camas, unas libres y otras ocupadas. El anestesista se acerca y me pregunta si me duele el culete ¡¡el culete!! le digo que sí, pregunta que si soy  alérgica a algún medicamento y le digo que a la sulfamida, pregunta que porqué y le digo que no lo sé, que mi madre me lo ha dicho siempre y qué como lo sabe mi madre y le digo que probablemente de pequeña me hicieron alguna prueba y se lo dijeron ¡yo que sé! dice que tengo que hacerme las pruebas de la alergia para comprobarlo. Tengo frío pero no tienen mantas y me echan encima otra sábana; un enfermero me pregunta que porque estoy en posición fetal, le respondo que me duele mucho la espalda para dormir boca arriba y que prefiero dormir así, en un alarde humorístico le digo que también extraño mi colchón.

Ya me llevan al quirófano y como vas mirando hacia arriba he de decir que es como en las películas, muchas luces en los techos y muchos aparatos por todos lados. Cambio de camilla, me pongo boca abajo y mi glorioso culo queda expuesto a la mirada de la cirujana que me explora, llama a otro cirujano que hace lo mismo. Tocan un bulto que me molesta y un hueso que duele mucho. Deciden que no van a operar, que el quiste es tan pequeño, que el daño que harán será peor que lo que tengo y que el dolor me lo provoca el coxis que ha crecido afilado y es lo que causa el dolor. 

Entonces me echo a llorar, tengo la impresión de que me están riñendo, les digo que no he llegado hasta ahí por gusto, que lo indicaron los médicos y que siento que hayan perdido su tiempo. Me llevan de nuevo a la habitación y vuelve la amable enfermera a preguntar cómo estoy, y de nuevo me echo a llorar, ella me toma la mano y dice que a veces los médicos no saben explicarse y que no es mi responsabilidad lo que ha sucedido, me quita la vía y dice que va a buscar los papeles con el informe y el alta médica.

Mi madre y mi hermana están hablando con la cirujana que les explica lo mismo que me han dicho a mi allí dentro. Me visto, mi familia vuelve y la enfermera también a traer los papeles, me dice que siente lo que ha sucedido y que mejor que nos veamos por la calle, la abrazo y le doy dos besos, olvidé preguntarle como se llama.

A la salida del hospital con un estado de ánimo cansado, alegre y triste, como en una tragicomedia, compró un cupón y aunque era la hora de almorzar, me tomó un café. El primero del día, me hacía falta.

A pesar de la lentitud en los tiempos y del diagnóstico erróneo solo puedo agradecer una vez más a los trabajadores y las trabajadoras de la sanidad pública por su entrega. A mi familia, amigos y compañeros que han estado pendiente, también. Gracias. 

Y todo esto me ha permitido asistir a la concentración en contra del acuerdo de Unión Europea y Turquía y en solidaridad con los refugiados. Ahora volvemos a empezar con el traumatólogo.

lunes, 7 de marzo de 2016

Apuntes de marzo

Lunes
No recordaba haber visto nunca todas las películas candidatas a los Oscar antes de la ceremonia y menos en Huelva; algo está cambiando en la ciudad. Ganó el Oscar a la mejor película una que habla de periodismo bien hecho y he visto a montones de periodistas que no practican el periodismo que recoge dicha película recomendarla.

Martes
Nunca pensé que ser Europa fuera esto, la indiferencia. Apenas unos miles de personas nos concentramos en ciudades europeas días pasados para pedir vías seguras y acogida a los refugiados. Es lo que tiene la memoria frágil, conocemos la historia pero no la interiorizamos y no todos los lugares son iguales; muchos países tienen memoria y acogen a  refugiados e inmigrantes . Y sí, hacer diferencias entre unos y otros es obsceno, huir del hambre y la persecución por ser diferente también te convierte en persona necesitada de refugio.

Miércoles
Aquí quería poner mis apuntes sobre como veo las redes sociales últimamente, pero me ha quedado largo; si digo que no parecen tan estimulantes y divertidas como antes, a ver qué, lo dejo para otra entrada.

Aunque al hilo de eso, hoy para publicar un libro solo necesitas tener unos miles de seguidores en las redes sociales, no importa que estos tengan faltas de ortografía al escribirles, ni tampoco que el tuitero se pase el día pontificando con razón o sin ella y es muy importante sentirse atacado en su ego, o inventar el ataque, o que escribas mierda. En los próximos días el una famosa tuitera. Pienso en algunos amigos y conocidos, buenos escritores y qué duro les resulta publicar y vender, eso sí, estos tienen lectores exigentes.

Jueves
En la universidad, cuando los bancos y las empresas entran por la puerta, le duración salta por la ventana. Y cuando en unos años veamos las consecuencias, nadie podrá decir que no estábamos avisados.

Viernes
Todos los programas electorales se están cumpliendo, los programas electorales son programas de televisión y ahí están todos o casi, depende de que tengan mucha cuota de pantalla y muchos comentarios en las redes sociales. Dicen que la política se ha convertido en un circo y eso es pervertir las palabras; la función del circo es alegrar la vida de las personas, la de la política es mejorar las vidas de las personas. Luego, la información es otra cosa y el espectáculo, también.

Sábado
Necesitamos comprensión lectora. No se lee, y cuando digo esto me refiero a que no pasamos del titular, damos pábulo a noticias que no son ciertas o matamos a muertos de hace años para ser los primeros en contar la no noticia; a veces resulta enternecedor.

Domingo
He observado fascinada en la prensa del fin de semana, general y cultural, el desfile de periodistas culturales (supuestamente prestigiosos) y de críticos literarios (igual de supuestamente) por la casa de Isabel Preysler para hablar con Mario Vargas Llosa de su última novela. Mis respetos a esa señora.

No he nacido para vivir en este siglo, y no lo digo con tristeza y pesar; lo digo con la seguridad de quien ya lleva vivido más de la mitad de lo que le corresponde y con la alegría de saber ser de otra época, aunque sea a medias y con muchas risas, risas que me producen el observar o el ser mirona.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Pedagogía de la bruta

A veces mi jornada de trabajo ofrece posibilidades nunca imaginadas.

Un alumno que quiere hacer una estancia de investigación en una universidad latinoamericana, a ser posible de un país seguro (¡menudo concepto!) y alguien la ha contado de mi estancia en la universidad Austral de Chile, en Valdivia, viene y pregunta; pregunta todo, respondo a todo, le digo que en algunos países latinoamericanos hay muchos españoles y españolas trabajando, que allí nos tratan humanamente mejor que nosotros a ellos aquí  y le animo a irse casi aplaudiéndole.

Una alumna cubana tiene una visa de estancia en España para tres meses, es un visado tipo C. Igual no se entiende pero que un visado sea C o D puede significar que puedas renovarlo en España o no; y el de ella no se puede renovar. Es una buena persona que está acostumbrada a formar parte del aparato vigilante de su trabajo en Cuba y eso a veces la convierte en alguien inaccesible; dan ganas de abrazarla. Ella no entiende porque le han dado una visa de turista (yo tampoco, pero eso es otra triste historia) cuando lo pidió de estudios y porque solo le han dado noventa días cuando la fase presencial del máster finaliza en junio. Con más paciencia de la que tengo habitualmente y tengo mucha, le explico el reglamento de la ley de extranjería, le explico que en embajadas y consulados españoles en el exterior no todas trabajan igual y que no hay una directriz del ministerio de asuntos exteriores que cumplir y que en realidad este gobierno que tenemos da visas limitadas porque no quiere que nadie venga o se quede según de que países sean, no entiende la actitud de los trabajadores de la embajada, yo tampoco. Ella dice que ha escrito al ministerio de educación y que de este le han dicho que se dirija al de asuntos interiores y no entiende porqué; le explico que las visas se otorgan a través del ministerio de asuntos exteriores pero que su gestión depende del ministerio del interior porque es de quien depende la oficina de extranjería; oficina a la que ha ido y le han dicho que su visa no se puede renovar.

Me cuenta que no quiere quedarse ilegal y le explico que ninguna persona se queda ilegal porque ninguna persona es ilegal, que las personas tienen los documentos en regla o no, y que entonces se les podría llamar indocumentadas pero nunca ilegales; que la razón por la que quiere quedarse es para presentar su trabajo fin de máster de manera presencial porque la opción de hacerlo de manera virtual en Cuba es casi inviable, que no existe tecnología para eso, yo, que he estado en Cuba varias veces pienso para mí que sí, que es algo tremendamente complicado. Y no sabe qué decisión tomará, qué si yo podría decirle cómo actuar y le digo que estaría bien que Fidel Castro llamara a Mariano Rajoy y le pidiera el favor, que no veo otra posibilidad, que legal no la hay, ella se declara dispuesta a no rendirse y yo aprovecho para contarle que este gobierno que tenemos es muy racista y que por eso actúan así, que con la excusa de la crisis no quiere que vengan inmigrantes, que de hecho están felices de que seamos los españoles quienes tengamos que emigrar, me dan ganas de abrazarla y le sonrío.

Luego viene C; C es mi alumno de Guinea Ecuatorial (aunque no me gusta el sentido de posesión, le digo mi por la ternura que me produce), a veces lo cruzo por el patio y le digo “no vas a verme ¡umm!", entonces sonríe y dice “ya iré a verte cuando tenga problemas” y aquí está. Cuando llega le pregunto ¿qué problema hay? Me lo cuenta y en realidad no tiene tal problema, ha hecho uno donde no lo hay, se soluciona enseguida. Le pregunto si han salido de viaje algún fin de semana y dice que sí, que el sábado fueron por la noche a Huelva, "¡andando!" le digo y contesta "!no, en bus!" me echo a reír porque él ha pensado que le he preguntado, le cuento que he exclamado, “aún no entiendo muy bien como hablan los andaluces” me suelta. Sonríe y se va, hasta el próximo problema.

A la hora de salir pregunto a una compañera que como lleva una operación en la boca y que si finalmente ha conseguido para esta mejor precio que el primero que le dieron, y sí, lo ha conseguido más barato; mientras otra compañera dice “claro les pagan las operaciones a los mariquitas y no pagan los dentistas”, así que me veo obligada a explicarles que las operaciones que son en la sanidad pública son a personas transexuales porque viven en un cuerpo que no es suyo, que los mariquitas son otra cosa y que me parece muy bien que se puedan operar. Bufa.

Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.


viernes, 19 de febrero de 2016

Las salas (de espera)

Esta semana he tenido que ir dos días a distintos hospitales de Huelva; la primera cita era el martes por la mañana, debía hacerme una analítica y la cita era a las nueve cincuenta. Como hay que ir en ayunas, salí de casa a las nueve siendo mala persona, compré El País y tome el bus para el hospital, pensando como siempre que si llego antes de la hora, antes acabaré y antes podre irme, nunca es así. Cuando llego hay como setenta personas que han debido pensar lo mismo que yo, las citas van con retraso, entrego mis papeles y encuentro un hueco para sentarme. Saco el periódico, ya nadie lee periódicos ni libros en las esperas, todos miran el teléfono y algunos niños juegan con sus maquinas, suspiro con un poco de tristeza y siento que la rara soy yo.

Hay de todo, mujeres embarazadas, personas mayores, adolescentes, niños como ya he dicho y a pesar de los letreros diciendo que se apague el móvil, a cada momento suena la llegada de mensajes y aún así, conforme pasan los minutos el ruido de las voces se va elevando hasta que llega un momento que una enfermera pide silencio. No entiendo eso de tener que hablar en voz alta, todo el rato, en cualquier lugar.

Me gusta que a los niños que llegan,  la enfermera que los atiende les da un chupahups les endulza la espera y me parece bien, de pronto uno de los niños se echa a llorar, la enfermera no le ha dado el suyo por despiste y el niño le dice a su madre que se lo pida, finalmente se acerca él y vuelve a sentarse feliz. Una hora después salgo del hospital salgo del hospital con menos sangre de la que llevaba al llegar y siendo muy mala persona; la ausencia de café me convierte en eso.

La segunda cita fue el jueves por la tarde en otro hospital, también llego poco antes de la cita con la misma esperanza del día anterior, y no. En esta sala de espera hay menos personas, también ruidosas. Me llama la atención un chico que no levanta la mirada del teléfono ni para responder al saludo, debe ser porque tiene el sonido del mismo puesto para todo el hospital. A mi lado una pareja que todo el rato se coge de las manos y él le pregunta hasta tres veces si está bien allí y si lo quiere, yo creo que están empezando y sonrío.

Más tarde de la hora citada avisan para hacerme un electro, ponen sobre mi cuerpo todos esos parches y esas pinzas de colores que me fascinan y todo sale bien; cuando salgo hay menos personas en la sala de espera pero con más prisas. El chico del teléfono para todo el hospital ni se ha movido, cuando lo hace se da cuenta que quien ha llegado después de él ya han salido, pregunta y le toca.

La siguiente soy yo, una hora después de la de la cita; me atiende un médico muy repeinado, estrecha mi mano al entrar y pregunta y pregunta, una de estas es “¿se levanta usted tosiendo y mal por la mañana?”, no, le respondo, me levanto feliz, y me mira como si no entendiera, quiero decir que aunque a veces cuesta salir de la cama para mí no es especialmente difícil y que tengo más problemas para salir de la modorra de la siesta, cuando hago siesta.

Hay una enfermera también en la consulta. Momentos antes le había preguntado si iba a tardar mucho y ella dijo “¿eres María Victoria?” al responderle que sí ha sonreído, con esas sonrisas que llegan a los ojos, las que son de verdad “ahora vas tú, hay dos personas que no han venido y si vienen, tendrán que esperar” y he podido ver que es guapa a rabiar, que en su rostro destacan los ojos y que parece feliz haciendo su trabajo. Salgo de la consulta y le digo a la enfermera que es guapísima, ella da las gracias y sonríe.